viernes, 1 de julio de 2011

Juguemos a indios y vaqueros.
Juguemos a que quieres conquistar mi mundo y yo tengo que oponer una feroz resistencia.
Alborótame todas las plumas en la aldea.
Corramos por campos infinitos a caballo, que se oigan los tiros y los gritos de la gente. Vivamos una historia trepidante donde ninguno de los dos tiene un nombre real.
Seamos sólo una leyenda.
Yo prometo dedicarme a arrancar cabelleras, tú promete que intentarás atarme y robar mi ganado. Me gusta saber que ninguno de los dos es inocente.
Aquí no hay príncipes, no hay princesas, aquí no hay dulces doncellas ni caballeros. Ya no hay nadie por quien valga la pena luchar.
Así que juguemos, vamos a entretenernos y, cuando todo acabe, al menos, lo contaremos.

"Esta es la vida que llevamos, la que elegimos y una cosa está clara, ninguno veremos el cielo"

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