sábado, 16 de junio de 2012
La caída perfecta.
La sensación del vacío a la espalda.
Los pies despegando del suelo.
Una sonrisa o una lágrima.
Un camino que serpentea hasta el cielo.
La noche que aparece de repente.
El corazón que se para.
El grito que estalla.
Los pulmones llenos de polvo de hadas.
Mientras ves caer el jarrón de la mesa, mientras ves a ese niño cruzando la calle. Cuando te das cuenta de que la puerta de la jaula está abierta. Cuando un rictus de tristeza asoma por la puerta.
Un final tiene muchos matices.
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Y el final puede resultar un matiz
ResponderEliminarAl final todo puede ser sólo cuestión de matices ^^
EliminarIncluso puede que el fina sea tan leve que se pierda con el resto de los matices, y no sepamos diferenciar cuando un final es un final.
ResponderEliminarEl eterno retorno, la historia interminable, lo que nos cuesta poner un punto y final.
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